Adoro la arcilla polimérica, es tan polifacética que, de corazón ¡creo que es imposible cansarse o dejar de aprender cosas de ella! y afortunadamente cada vez es más conocida y hay más gente interesada en utilizarla… pero claro, luego uno empieza a investigar y se pierde en la vorágine de marcas, herramientas y materiales, y no sabe muy bien por dónde tirar; Así que, como yo ya he pasado por ahí, tras el artículo de introducción “Empezando con la arcilla polimérica”, creo que la siguiente pregunta a responder es ¿qué herramientas básicas necesito para empezar (y no arruinarme en el intento)?
Superficie de trabajo
Si quieres trabajar cómodamente, y sin manchar, lo primero que necesitas es una superficie de trabajo no porosa.Lo más común es utilizar un azulejo, porque efectivamente no son porosos, tienen un tamaño manejable, y además son de un material bastante resistente a golpes y ralladuras. Eso sí, como imaginarás tiene que ser de los que tiene la superficie completamente lisa, no valen esos que tienen cuadraditos, o flores en relieve… de hecho, yo te diría que lo mejor es que sea blanco y que no tenga ningún tipo de dibujo, ni siquiera plano, porque así te centras mucho mejor en lo que estás haciendo sin las interferencias que las formas y colores del azulejo puedan introducir.De todos modos, he de decir que conseguir un azulejo no es demasiado fácil, ya que por norma general en las tiendas de bricolaje te obligan a comprar un paquete entero. Yo tuve suerte y en el último sitio en que viví teníamos a nuestra disposición los azulejos sobrantes de los cuartos de baño, que encima resultaron ser perfectos para esto ¡así que lo tuve fácil!
Si te resulta imposible conseguir un azulejo no desesperes, recuerda que lo único importante es que sea una superficie lisa y no porosa ¡así que hay muchas opciones! ¿Qué tal por ejemplo esas tablas de cortar de cocina que son de cristal? Yo tengo una (color turquesa), que utilizo cuando voy a cursos porque es más pequeña y ligera que el azulejo. Estas tablas son baratas, muy resistentes, y además, como se han puesto de moda, suelen ser muy fáciles de encontrar.Y ya puestos a usar cristal… ¿por qué no ir por ejemplo a un cristalero y pedir uno de la medida que quieras? en fin, seguro que si piensas se te ocurren muchas más opciones baratas, lo importante es que tu superficie de trabajo no sea de material poroso, como la madera, porque la arcilla se te va a quedar pegada, y encima luego te va a resultar imposible limpiarla.
Horno
Parece bastante obvio, pero no pierdas de vista que la arcilla polimérica, como ya vimos, necesita ser horneada para endurecer, así que, antes de plantearte trabajar con este material asegúrate de que tienes acceso a un horno.
Actualmente casi todo el mundo tiene un horno en su cocina, y ese suele ser más que suficiente para conseguir la franja de 110ºC a 150ºC necesaria para la arcilla polimérica (dependiendo de la marca). Ya te conté además que la arcilla, horneada a su temperatura normal, no es tóxica, así que en principio no hay problema en que utilices el mismo horno que para la comida, siempre y cuando no la metas a la vez que tus piezas, y lo airees un poco. Aun así, puede que te de malas vibraciones, o que te resulte incómodo tener que ir y venir de la cocina con las piezas, o que te dé cargo de conciencia encender un horno tan grande para hornear piezas pequeñas, por el gasto energético que supone. En ese caso, siempre puedes hacerte con un horno de menor tamaño, que puedas poner en cualquier habitación de la casa y que utilices sólo para uso no-alimentario. Eso es lo que hice yo. En cuanto decidí que necesitaba un horno para mis piezas me dediqué a llevar los ojos bien abiertos… hasta que encontré una buena oferta de un pequeño horno eléctrico ¡fue muy baratito y es el que utilizo desde entonces! Lo importante es que tenga control de temperatura, y que aplique calor uniformemente.
Laminadora
Más de uno pondrá los ojos en blanco al ver que he puesto la laminadora en mi lista de imprescindibles, lo sé, hay gente que incluso después de bastante tiempo sigue trabajando sin laminadora… pero para mí no tiene ningún sentido: si no tengo laminadora, ni me planteo ponerme a arcillear.
Es una herramienta básica, por ejemplo, para acondicionar la arcilla. Porque resulta que no se puede usar tal cual sale del paquete, no, hay que amasarla y ablandarla para poder trabajar con ella, igual que hacíamos con la plastilina cuando éramos pequeños. E igual que pasaba con la plastilina, a la arcilla polimérica le pasa que recién sacada del paquete está un poco dura, así que amasarla con las manos se puede convertir en misión imposible. No sé cómo lo hacías tú, pero yo recuerdo poner la plastilina encima de los radiadores para que con el calorcito se ablandara un poco y poder así hacer algo… eso era porque no conocíamos las laminadoras ¡invento divino! Basta con cortar la arcilla en trozos no muy gruesos, pasarlos por la laminadora unas cuantas veces ¡y lista para trabajar!Eso sin contar lo útil que resulta para hacer láminas de arcilla de grosor uniforme con el mínimo esfuerzo (básico para muchas técnicas), y para aplicar algunas texturas, hacer degradados, mezclas… es una de esas herramientas que te facilita la vida a tope.
Sus detractores te dirán que es una herramienta cara, que se puede empezar sin ella y ya si acaso comprártela si ves que te gusta… y yo a eso siempre contesto:
- No es tan cara. Las hay de muchas marcas, y obviamente las más resistentes y recomendables sí que suben un poco (estamos hablando de unos 40€), pero si de entrada ese precio te echa para atrás seguro que encuentras alguna más baratilla con la que poder empezar. Sólo tienes que tener los ojos bien abiertos: tiendas de decoración (en la parte del menaje de cocina), marcas blancas de tiendas de manualidades, bazares… Luego cuando veas lo útil que es, estoy segura de que acabas comprándote una de las buenas.
- Si no tienes laminadora hay muchas más posibilidades de que decidas que no te gusta trabajar la arcilla polimérica y lo acabes dejando. He visto ya más de un caso, personas que acondicionan la arcilla a mano y acaban teniendo hasta tendinitis del esfuerzo, y luego encima hay muchas técnicas que no pueden aplicar, así que no consiguen sacarle todo el potencial… y deciden que no les termina de convencer. Te lo aseguro, con una laminadora toooooodo es mucho más fácil ¡pon una laminadora en tu vida!
Cuchillas
Las hay de muchos tipos: rígidas, flexibles, onduladas, grandes, pequeñas… para empezar, la completamente imprescindible es la cuchilla rígida, y como mucho, la flexible.
Me hace gracia porque las cuchillas son unas herramientas que parece que a los arcilleros nos gusta coleccionar. Empiezas con una, o con dos, y con el tiempo te vas haciendo con todo un arsenal. Tenemos el “Me compro una nueva porque ésta ya no corta bien, pero hay cosas para las que todavía sirve así que no la tiro”, o también el “¡Mi cuchilla! ¿Dónde está mi cuchilla? Voy a comprarme una nueva porque no puedo vivir sin ella (y por supuesto luego aparece)”, y no nos olvidemos del “Se me ha roto la cuchilla por la mitad ¡qué guay, porque echaba en falta tener una más pequeña! Pero ahora necesito otra grande…”.
El caso es que también hay quien te dirá que el primer día no necesitas invertir en cuchillas, que puedes apañarte con un cúter de los de toda la vida ¡error! Obviamente un cúter te puede sacar de un apuro (y está bien saber adaptarse a las circunstancias si se da el caso), pero por la propia forma que tiene, no te permite hacer cómodamente muchas de las cosas que harías con una cuchilla de arcilla, y si le quitas el mango para utilizarla en toda su longitud… pues sinceramente, el cúter no está pensado para utilizarse así y es peligroso, aparte de que sigue siendo mucho más incómodo que utilizar una cuchilla para arcilla en condiciones. En serio, no escatimes en esto, cómprate al menos una cuchilla rígida especial para la arcilla, sencilla, que hay algunas muy bien de precio y tus manos lo agradecerán.
Termómetro de horno
Otra de esas herramientas que no parece ser imprescindible al principio… pero créeme, tenerlo te evitará muchos disgustos y quebraderos de cabeza.
La arcilla polimérica puede llegar a ser muy puñetera con el tema de la temperatura de horneado: si te quedas corto, la pieza no curará bien y resultará frágil y quebradiza, y si te pasas… bueno, digamos que el carbón de arcilla polimérica no es bueno para las barbacoas ¡y además es tóxico! Por supuesto hay un margen de unos cuantos grados arriba o abajo a los que puedes trabajar, pero tampoco es demasiado amplio, así que saber a qué temperatura exacta estás horneando tus piezas es bastante esencial para tener buenos resultados.
Y me dirás ¿Pero no marca ya el horno la temperatura? ¿No basta con poner el mando a 130ºC para conseguir que haya efectivamente 130ºC en su interior? ¡Pues no! Y todo por una sencilla razón: los hornos están pensados para calentar comida, y la comida no es tan sensible a los cambios de temperatura como la arcilla polimérica. No necesito una gran precisión para hacer una pizza… podría valer con cualquier temperatura entre 150ºC y 180ºC, y no necesito que la temperatura del horno sea perfecta y constante durante todo el tiempo de horneado, porque la pizza apenas va a notar los altibajos. Así que ¿qué pasa? Pues que los controladores de temperatura de los hornos dejan bastante que desear en este sentido. Son más que suficientes para la comida, que es su misión, pero no para la arcilla.
La solución pasa por tener un termómetro de horno y meterlo dentro durante el precalentamiento, así podemos ver antes de meter nuestras piezas si la temperatura que marca el horno se corresponde con la realidad, y en caso de que no, reajustarla ¡y a hornear sin sobresaltos! Yo pienso sinceramente que lo que he ganado en tranquilidad y control desde que tengo el termómetro no tiene precio, y encima resulta que no es un utensilio caro. Como todo, hay algunos que suben un poco más de precio, pero si buscas bien seguro que puedes encontrar alguno a precio razonable. Y recuerda que no es más que un termómetro de horno… aparte de las tiendas de manualidades ¡puedes mirar en tiendas de menaje de cocina!
Taladro manual
Sí, otra de esas herramientas que casi nadie pondría en su lista de imprescindibles ¡no entiendo por qué!
La gente cuando empieza, NUNCA se compra el taladro, incluida yo. Te apañas como puedes, haciendo los agujeros a las piezas antes de hornearlas con un punzón, una aguja gruesa… y las piezas se deforman. En serio, da igual cómo lo hagas o cuánto empeño pongas, las piezas se deforman, porque están blandas, y tu aprietas por un lado, aprietas por otro… y se espachurran. Es absolutamente inevitable.
Así hasta que un día ves a alguien con el taladro, y decides probar ¡y te enamoras! y de repente con el taladro ves que puedes hacer los agujeros a las piezas tras hornearlas, sin dificultad, sin deformaciones, de formas que antes ni te habrías planteado… y se te abre una puerta que no sabías ni que existía, y posibilidades de montaje que no te habrías planteado en la vida.Una vez que tienes el taladro, ya no puedes vivir sin él, y no haces más que preguntarte “¿por qué no lo habré comprado antes?” así que, no lo pienses más ¡cómpralo desde el principio!
Pero lo mejor de todo esto es que, si al principio no quieres gastar mucho ¡también tenemos opción low cost! Puedes ir a alguna tienda de bricolaje y comprar una broca suelta, de 2mm que es lo que más vas a usar, o incluso un juego completo de brocas, de las malillas, baratas (a veces un juego cuesta incluso menos que una broca suelta). Por 2 o 3 euros lo tienes. Y luego vas a casa, haces un rulo con un poco de arcilla, le pinchas la broca y la metes al horno ¡ya tienes tu broca con mango, para poder usarla cómodamente!
No es que sea la mejor herramienta del mundo, yo te recomiendo que con el tiempo te compres el taladro manual de todos modos, pero para salir del paso es más que suficiente, y créeme, lo vas a agradecer hasta el infinito.
Lijas de agua
Que sí, que a nadie le gusta lijar, y esto parece algo super opcional… tú verás, pero desde luego si quieres un buen acabado para tus piezas, la lija es el único camino.
Por muy bien que trabajes, por más limpio y cuidadoso que seas, por mucho que suavices la superficie antes de hornear, la realidad es que nunca vas a conseguir dejar una pieza completamente libre de imperfecciones. Y al principio no lo notas, te lo aseguro, estás tan contento con tus piezas que ni siquiera te planteas que podrían ser mejores ¡pero lo cierto es que podrían serlo, y de una manera muy fácil además! Sólo necesitas un par de pliegos de lija al agua, de venta en ferreterías y tiendas de bricolaje, de grano 240, 400 y 1000 (aproximadamente, toma estos valores sólo como referencia).
- Coge un cuenco o barreñito y ponle agua y unas gotitas de lavavajillas.
- Corta un trocito de la lija más gruesa, la de 240, mójala, y moja también tu pieza ya horneada.
- Con paciencia, lija toda la superficie de la pieza de forma regular, asegurándote de que va quedando bien lisa y suave. Esta lija gruesa es con la que tienes que eliminar todas las imperfecciones, huellas, repasar los cantos…
- Cuando acabes con la lija de 240 enjuaga tu pieza, y repite la operación con la lija de 400 (siempre en húmedo). Así lo que hacemos es eliminar las marcas o rayas que hayamos podido provocar con la lija gruesa anterior.
- Por último, dale un repaso con la lija de 1000… verás como después notas la diferencia ¡no has tocado nada tan suave en tu vida!
- Y no te olvides de lavar bien la pieza con agua, jabón y un cepillito cuando termines, para eliminar todos los restos del lijado ¡y que quede perfecta!
Con este sencillo (y barato) proceso, verás como el acabado de tus piezas mejora sustancialmente.
No es fácil de enseñar porque la diferencia se nota más al tacto, pero ¿ves la diferencia entre los dos pétalos de la derecha y el resto? Si pudieras tocarla ya alucinarías…
Truco:
Hay que lijar concienzudamente con cada lija para eliminar todas las rayas producidas por la anterior y que la pieza quede bien lisa y sin marcas… pero si al terminar se te ha quedado algo blanquecina échale un poquito de crema Nivea (o alguna otra, cuanto más grasa mejor) y frótala bien con un paño de algodón suave ¡verás cómo mejora!
El acabado de la superficie será mate, eso sí, porque para conseguir brillo habría que seguir pasando más y más lijas, de grano cada vez más fino (¿has oído hablar de las lijas Micromesh?) y finalmente pulir, y todo eso sí que puedes dejarlo para más adelante, cuando te enganches a la arcilla y decidas invertir en más herramientas y materiales. Pero para empezar, verás que sólo con las 3 lijas que te he dicho y el leve pulido con al paño de algodón el acabado de tus piezas ya sube un escalón.
BONUS: Otras herramientas que puedes necesitar
Ya te he dicho mil y una veces que lo mejor de la arcilla es su versatilidad, y precisamente por la variedad de técnicas que se pueden llevar a cabo con ella, también existen muchíiiiisimas herramientas que te pueden ayudar. Sin embargo, no te vuelvas loco, teniendo lo básico ya puedes hacer mucho, y si aprendes a mirar tu casa “con otros ojos” verás que hay muchísimas cosas a las que puedes dar un uso alternativo:
- Cortadores: que sí, que en el mercado hay infinitos, y todos preciosos, pero simplemente con la cuchilla ya puedes cortar todas las formas geométricas que quieras ¿y para cortes redondos? Pues dependiendo del tamaño pueden servirte desde tapones de botes de plástico frascos de colonia, capuchones de rotuladores ¡o incluso una pajita para hacer pequeños circulitos! Échale imaginación y te sorprenderás.
- Bisturí: es una herramienta bastante útil. Yo no la he metido en mi lista de básicos, porque no creo que lo necesites desde el primer día, pero sí es una de las cosas que deberías comprar en cuanto decidas ampliar tu abanico de herramientas. Te será muy útil por ejemplo (enlazando con el punto anterior), para cortar piezas con formas diseñadas por ti mismo, con ayuda de una plantilla.
- Rodillo: contra todo pronóstico esto tampoco es para mí una herramienta imprescindible (¡sobre todo teniendo laminadora!). Yo tardé en comprarlo, y aún hoy no es una herramienta que utilice a diario. Eso sí, hay algunas cosas para las que es muy útil, como a la hora de aplicar texturas, así que con el tiempo tendrás que hacerte con uno. Como idea, si tienes una segueta o alguna otra herramienta de corte, puedes comprar un tubo de aluminio, cortarlo en trozos y fabricarte tu propio rodillo low cost, del diámetro y longitud que prefieras.
- Texturas: otra de esas cosas para las que hace falta “entrenar el ojo”, porque sí, hay infinidad de texturas preciosas en el mercado, y poco a poco irás coleccionando, no podrás resistirte, pero también hay muchísimos objetos cotidianos de los que podemos sacar texturas maravillosas. Desde una esponja, un trozo de tela o papel pintado de pared, hasta la suela de un zapato. Sabrás de verdad que estás metido en la arcilla hasta el fondo y ya no tienes escapatoria cuando mires a tu alrededor y todo lo clasifiques, sin querer, en tu escala de texturas de más a menos interesantes.
¡Y hasta aquí de momento! Espero haberte ayudado y haberte dado alguna idea… sobre todo ¡que el dinero no sea un impedimento para ponerte a trabajar con la arcilla polimérica! porque al principio asusta un poco, pero yendo a lo básico se pueden hacer muchas cosas, y para todo se pueden buscar opciones.
¿Qué tal, te animas? ¡Cuéntame qué herramientas utilizas tú!

Una entrada super guay y muy bien explicada.
Besotes
¡Gracias Inma!
Estoy por empezar a trabajar con la arcilla polimérica y las 2 notas que leí me resultaron muy muy interesantes.
¡Gracias por tus palabras Ana! Espero que te enganches a la arcilla y hagas piezas preciosas.
Otro de los utensilios que no hacen falta de primeras pero que luego te son muy útiles son las extrusoras. Puedes sacar un ‘churrito’ todo del mismo grosor, con formas concretas, etc. Y con ella se consiguen efectos muy chulos, como las murrinas… Por si te planteas hacer una segunda parte! jajaja Gracias por el post!!
Buenas Nikki,
Totalmente de acuerdo contigo ¡la extrusora es una herramienta genial! Pero en esta entrada intentaba solo quitar el miedo a la gente que tiene su primer contacto con el material, por eso me he ido a lo súper básico.
Ya seguiremos hablando de otras herramientas… ¡Muchas gracias por el aporte!
Muchas gracias Nikki por tu comentario sobre la extrusora. Ya la conocía y fue una de las primeras herramientas que compré, pues empecé a trabajar con porcelana fría primero. Ahora que ya tengo todos los materiales básicos empezaré con la arcilla polimérica. Un abrazo.
Muchas gracias por la explicación detallada. Cada día me animo más a empezar a usar la arcilla polimérica. Un abrazo!
¡Me alegra oir eso Rebecca! Ánimo, seguro que eres capaz de hacer cosas chulísimas 🙂
Muchas gracias Ana. Ahora me gustaría que siguieras publicando consejos sobre esta maravillosa arcilla. Abrazos miles.
Una entrada muy interesante y bien explicada. ¡Gracias!(qué pena que no sigas publicando!)
Me alegra mucho que te guste, Olga, tengo pensado seguir publicando ¡pero me falta el tiempo! 🙂
¡Muchas gracias por tu apoyo!
Hola muy interesante articulo, y muy explicativo a la verdad.
Me gustaría saber en el caso de que prefiera trabajar técnica de apretado con moldes o moldeado en si, este material lo permite?
Sí Ana, la arcilla polimérica se trabaja muy bien con moldes. Yo te recomiendo trabajar con moldes que aguanten la temperatura de horneado (de silicona, por ejemplo) y así puedes hornear tus piezas dentro del molde y evitar que se deformen (si las sacas del molde en crudo es fácil que se deformen, puesto que la masa aun está blanda).
Hola Ana, buenas tardes!
Sabes, me quiero iniciar con la arcilla polimérica para hacer figuras de super heroes, ya que mi esposo es super fan de muchas figuras, pero tengo una pregunta, al momento de diseñar la figura y meterla al horno, no pierde sus diseños la figura??
Tambien se tiene que meter de pie?
Te agradezco tus comentarios
Hola Claudia ¡me alegro de que quieras empezar a usar arcilla polimérica! Ya verás como te engancha.
Con respecto a las figuras, no te preocupes, que las figuras no pierden la forma al hornearse porque esta arcilla es bastante firme. Si son pequeñas, puedes hornear las figuras de pie, y asi te aseguras de que van a quedar exactamente como quieres. Si son algo más grandes y no quieres ponerlas de pie, puedes hornearlas tumbadas, pero no directamente sobre la bandeja, ya que se aplastarían, sino sobre un plato hondo con harina o polvo talco, que se adapte a la forma de la figura, asi se apastará mucho menos ¡espero que te sirva este truco!
Muchas gracias por la información, yo estoy pensando empezar en este mundo y no sabía cómo hacerlo, lo de la lija me ha sorprendido, no lo había visto en ningún tutorial ¿cómo haces en caso de que hayas pintado una pieza previamente? Gracias
Blanca, efectivamente en caso de piezas pintadas no se puede lijar directamente. Tienes dos opciones: proteger con una capa de barníz, arcilla líquida, resina o similar (a mí me encanta la resina!) o aplicar sobre la pieza una capa muy muy fina de arcilla traslúcida, que al hornear quedará transparente, y así luego puedes lijar y pulir luego. Esta segunda opción es más compleja… te la aconsejo para cuando tengas ya cierto manejo con el material.
Hola, acabo de iniciarme en la arcilla polimérica, tenía muchísimas ganas, estoy empeñada en hacer princesas disney y figurines para mis hijas, he hecho muchas con fondant y creía que era parecido…
En fin, después de leerte se me resuelven muchas dudas y tengo algunas nuevas, a ver si me puedes ayudar… Si hago un figurín humanizado, con su nariz y sus ojitos, boca, todo ¿lo puedo lijar? Al hornearlo se me queda un poco «rugoso» por algunos lados…
¡Gracias!
Hola Cristina,
El truco del lijado te vale sólo para superficies lisas. En el caso de figuras, y sobre todo si tienen detalles, te va a ser imposible lijar, no lo intentes, porque no podrás llegar bien a los rincones y no te quedará uniforme, o acabarás dejando marcas con la lija y es peor 🙁
Te quedan dos opciones: alisar muy muy bien la figura antes de hornear para que no te queden imperfecciones (¿un truco para eso? pasa una toallita húmeda por donde te haya quedado, por ejemplo, una huella del dedo, y verás cómo mejora), o bien utilizar algún barníz tras hornear (si no quieres que se note mucho, puedes utilizar barníz satinado en vez de brillante!).
¡Espero que te sirva alguna de estas cosas! Y como siempre, practicar, practicar y practicar… y tus resultados irán mejorando cada vez 🙂
Ana
Muchas gracias por tu aporte, es de gran ayuda, me encantaría iniciarme en esta técnica.
¿Me puedes comentar cómo das los colores a la arcilla, con qué pigmentos, son estos específicos?
Un abrazo
Hola Patty,
La arcilla viene ya en una extensa gama de colores, no hace falta colorearla… y además los colores se pueden mezclar entre sí, para conseguir infinitas combinaciones! Así que en principio no necesitas utilizar ningún tipo de pigmento, a no ser para alguna técnica muy concreta… pero no es lo normal.
Jajaja… me encanto y rio porque eso de las texturas es mío, ya me decían loca porque a todo le veo gracia y utilidad con sus múltiples formas, la última fue el colador de la leche jajaja.. piedras hojas ramas..las mallas tejidas donde empacan las cebollas es genial, es plástica y hace unos marcados de ensueño, pero bueno ya eso debes saberlo, con la tapa de los marcadores si lo acuestas hace unas cremalleras divinas…y un sin fin más de formas.. no acabaría nunca… sin más olí me resta decirle muchas gracias es usted increíble y si la laminadora es lo máximo aún recuerdo mis ampollas amasando el polimero ufff.. agotador y frustrante.. saludos ???????
Hola
Muchas gracias por tus consejos, muy útiles ya que voy a empezar a trabajar la arcilla, mucho más fácil gracias a tus tips.
Hola Ana
Acabo de leer tu post y me encantó, me estoy iniciando en la arcilla y he querido comprar una Laminadora…. pero he tenido un poco de miedo de comprar una y que no me salga buena. Mi pregunta sería si me puedes recomendar una según tu experiencia. Muchas gracias de antemano.
Buenas Karina,
La verdad es que no sé si debería recomendarte marcas o no… las más utilizadas por lo general son las de marca Imperia y Atlas, pero claro no son las más baratas, rondan los 40€. Hay laminadoras de muchísimas marcas más baratas, yo particularmente he tenido una de la marca Lidl que me ha funcionado bien mucho tiempo, todo se trata de lo que la cuides y la suerte que tengas ¡la verdad es que esto de las laminadoras no es una ciencia exacta!
¡Hola Ana!
Me han ayudado muchísimo tus entradas porque decidí iniciarme en la arcilla después de haber comenzado a hacer mi emprendimiento de aros en filigrana y resina. Por ahora estoy en el periodo de prueba de la arcilla para ir perfeccionando… Pero quería saber ¿qué colores podrían ser los básicos para comprar? Hay tantos colores que los compraría todos!! jeje, por ahora tengo un rojo glitter, azul galaxia y dorado. Ojala puedas ver este comentario.
Mil gracias!!
Buenas Romi,
Si lo que quieres es comprar el menor número de colores posible siempre puedes comprar los colores primarios (amarillo, azul cian y magenta) y a partir de ahí ir mezclando para conseguir absolutamente cualquier color que quieras. Puedes ir apuntando las cantidades de color que vas mezclando para así poder repetir algún color que te guste otro día. Luego tienes los perlados, traslúcidos… hay arcillas con mil efectos que también puedes ir mezclando con los básicos para conseguir diferentes cosas. ¡Mezclar es divertido y te da mucho control sobre el color!
Hola! Gracias por tu post, fue super útil para mi, ya que estoy iniciando. Quiero consultarte sobre el horneado, había empezado con unos colores Fimo soft y los horneé muy bien. Ahora conseguí Sculpey soufflé y no logro hornear bien: me siguen quedando flexibles, aunque sean piezas finas (5mm), si las horneo más tiempo empiezan a tener otro color, más oscuro, como amarronadas, pero igualmente no quedan bien rígidas. Las horneo con papel aluminio arriba. Qué podré hacer para mejorar?
Buenas Claudia,
Diría que el problema no está en el horneado, sino en la arcilla que estás utilizando. Si el Fimo soft lo horneaste con buen resultado ya le tienes cogido el «truquillo», y si estas piezas ahora se te ponen marrones es que se están empezando a quemar, así que no es por problema de temperatura. La arcilla Sculpey Soufflé es muy especial, no hay ninguna parecida en otras marcas, tiene una formulación diferente que hace que pese menos que la arcilla polimérica normal, y el acabado al tacto también es distinto, las piezas no quedan igual que las demás. Probablemente las estás horneando bien, pero las notas más flexibles por eso, y no tiene remedio porque es así. La prueba para ver si una pieza está bien horneada es probar a doblarla y ver si se quiebra fácilmente o no: si está flexible pero no se rompe está bien horneada.
Muchísimas gracias!!! Es de gran ayuda tu respuesta